¿Por qué es esencial mejorar la precaria educación financiera de los jóvenes?
La importancia del ahorro es una máxima repetida sin cesar en la mayoría de los hogares, e inculcada por padres y abuelos que, en algunos casos, pasaron por periodos de gran escasez. Ahorramos, sí, pero según los expertos no lo hacemos bien. Con una mayor esperanza de vida, crece también la necesidad de prepararse, desde muy temprano, para una jubilación mucho más longeva que la actual. Y aunque la educación financiera es una habilidad esencial para la vida, los jóvenes están en clara desventaja.
Las tendencias de empleo, consumo y mercados financieros son hoy muy diferentes a las que había hace una generación. Por eso, los viejos hábitos de nuestros padres y abuelos ya no sirven para un ciclo vital tan largo, las tentaciones de un consumo basado en la satisfacción instantánea y la inveterada preferencia a comprar viviendas que nos excluyen de un tipo de ahorro más eficiente.
Familiarizarse con conceptos básicos como el dinero, el ahorro, las pensiones o el endeudamiento resultan más importantes que nunca. Por eso, señalan los expertos, la educación financiera es esencial para evitar malas decisiones que puedan hipotecar los hogares jóvenes del futuro. Porque, si bien los adolescentes no gestionan su propio dinero, sí que disponen de parte del dinero de sus hogares, por lo que necesitan herramientas para enfrentarse a productos como las apuestas, donde se magnifican los rendimientos y se disimulan los riesgos (cuando estas dos variables están íntimamente unidas). Se trata de desarrollar las competencias necesarias para evitar asumir deudas que, aun siendo reducidas, puedan adquirir volúmenes importantes.