Liderazgo en tiempos difíciles

Liderazgo en tiempos difíciles

Vivimos tiempos difíciles, tiempos de incertidumbre. La crisis del Coronavirus Covid19 ha asestado un golpe durísimo a nuestra manera de vivir. La salud está en riesgo, la economía global ha colapsado, nuestras libertades se están viendo restringidas como consecuencia de los estados de alerta y emergencia que se están declarando en los diferentes países.

La crisis institucional también es evidente. Las Administraciones Públicas hacen lo que pueden pero no saben cómo afrontar esta problemática con éxito. El miedo está llevando a la sociedad a adoptar comportamientos discriminatorios e incluso racistas. La desglobalización parece haber empezado y las consecuencias económicas pueden llegar a ser desoladoras, similares a las que se dieron después de la Segunda Guerra Mundial. Esta vez, sin embargo, el enemigo es invisible.

En la época de la edición genética, de la inteligencia artificial, del blockchain, del big data, de la computación cuántica y de otras tecnologías disruptivas nos creíamos dioses. En la época de las tecnologías exponenciales nos creíamos invencibles y casi inmortales y lo que verdaderamente ha resultado exponencial ha sido el aumento de las infecciones. Nuestra vulnerabilidad como seres humanos se ha vuelto a poner de manifiesto.

Nos encontramos ante un nuevo cisne negro, una situación que parecía imposible que sucediera, que ha trastocado nuestra existencia y que hará que nada vuelva a ser igual.

La incertidumbre es total. Y es que todo está cambiando a una velocidad nunca vista antes. Los niños no van al colegio, el teletrabajo ya no es opcional sino casi una imposición, estamos cambiando nuestras costumbres saludándonos desde la distancia y evitamos el contacto físico hasta de nuestros seres más queridos. Se nos han roto los abrazos.

Esta crisis va a acabar con muchos gobiernos, con muchas empresas, con muchos empleos y con muchas esperanzas.

Pero lo contrario también es cierto y la excelencia puede ser emulada igual que la mediocridad, y el liderazgo se contagia igual que la mezquindad.

Por eso, es el momento de los líderes, es el momento de guiar, de ayudar a los demás a gestionar esa incertidumbre, de ser voces de esperanza y consuelo.

 

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